VIAJE A ALICANTE CON VISITA AL MUSEO DE VILLAJOYOSA, A LA EXPOSICIÓN DE LOS MAYAS EN EL MARQ Y VISITA A LA ILLETA DELS BANYETS EL CAMPELLO

Días 18 y 19 de Noviembre de 2017

Salimos a las 8 horas del lugar de siempre, calle de Julio Camba, con destino a Alicante, e hicimos la parada reglamentaria en la zona de la Jineta.

Camino hacia Alicante nos detuvimos en Villajoyosa, donde nos esperaban para visitar el Museo Arqueológico del lugar que ha sido recientemente inaugurado (hace unos dos meses). Ocupa un edificio que fue propiedad del Doctor Esquerdo, que había nacido en este lugar. El museo posee unas piezas de gran valor, aunque la joya principal que es el Tesoro de Villajoyosa estaba cedido a la exposición del Museo Arqueológico de Madrid. No obstante pudimos contemplar bellas piezas tartésicas, fenicias, griegas y romanas. Entre las romanas hay una buena colección de ánforas, no solo las expuestas en las salas, sino también otras que se hallaban en los laboratorios del mismo, en tratamiento de desalinización, para lo que necesitan estar sumergidas en los contenedores con agua dulce para quitar la salinidad de las mismas durante unos dos meses; fueron encontradas en un pecio de gran tamaño, uno de los mayores hallados en la zona. También se exhiben otras piezas interesantes como falcatas, ungüentarios, collares, mosaicos, etc. Concluida esta visita continuamos hasta la playa de San Juan.

Hacía un día espectacular de sol y temperatura, la gente paseaba por el paseo marítimo de esta localidad disfrutando del día. Allí comimos una buena paella y después nos fuimos hacia Alicante. Llegamos entre dos luces al hotel, y, tras la distribuyeron de habitaciones, tuvimos tiempo libre, para dar una vuelta por el centro de la ciudad.

Al día siguiente domingo, después de desayunar, realizamos la visita al Museo Arqueológico (MARQ) donde nos esperaban para explicarnos la magnífica exposición que estaba organizada sobre los pueblos Mayas, su tiempo y su cultura. La guía del museo con una excepcional actuación nos fue explicando y sumergiendo en esta alejada cultura, mientras admirábamos los muchos, ricos y variados materiales allí reunidos, y de sus templos y palacios representados en forma virtual.

Los pueblos mayas habitaron un territorio que cubría el sureste de México, Guatemala, el occidente de Honduras y El Salvador, incluyendo toda la península de Yucatán. Alcanzó su mayor desarrollo en el primer milenio antes de nuestra Era. En este territorio hay tres zonas ecológicas que son:

A) Las Tierras Bajas que descienden y se pueden diferenciar dos zonas: a) la meridional, correspondiente con los territorios de Guatemala (Petén) y Belice; y b) la septentrional, que se sitúa en la Península de Yucatán (México).

B) Las Tierras Altas o Altiplano zona de recursos minerales.

C) Llanura Costera, que abarca las costas de México, Guatemala y El Salvador.

Estos pueblos alcanzaron su mayor desarrollo cultural y demográfico durante el Primer milenio antes de nuestra Era. Los historiadores han dividido la historia de los Mayas en tres periodos que a la vez se subdividen en Preclásico, Clásico y Postclásico.

La Primera Sala está dedicada al Periodo Preclásico. Los arqueólogos lo llaman “periodo de formación”, durante unos dos mil años. En este tiempo se sitúa la invención de la cerámica, el calendario y la escritura, se desarrolló también la agricultura. La economía está basada en el maíz que se cultivaba en los huertos o milpas. Con el maíz se hacían tortas, bebidas etc. y, para su mantenimiento, crearon construcciones hidráulicas importantes. Según sus creencias, los dioses habían creado a los hombres del maíz y también otros productos como la calabaza, el frijol, sin olvidar el cacao que se utilizó para las celebraciones y como moneda de cambio. Empiezan a realizar una arquitectura monumental, con grandes plazas y alrededor edificios monumentales, tanto religiosos (templos), como civiles (juego de pelota y palacios) y al final de este periodo los mayas levantan pirámides de elevada altura.

La Segunda Sala está dedicada al Periodo Clásico. Durante siete siglos el incremento de la población condujo poco a poco al abandono de las ciudades primitivas y a la construcción de otras nuevas, entre ellas Teotihuacán. Aunque se mantienen relaciones comerciales, entre estas ciudades, los pueblos mayas no tuvieron una unidad política, siendo muy frecuentes las rivalidades y las guerras entre ellos. Unido esto a la sequia, provocó que se abandonaran muchas ciudades y se fueran a vivir a otros lugares en el norte. Las representaciones sobre los dioses y sus ritos, demuestran la importancia de un mundo simbólico, compuesto por numerosas deidades a las que se adoraban mediante rituales, que incluían ofrendas, danzas e incluso sacrificios humanos.

La Sala Tercera abarca el Periodo Postclásico. Es el florecimiento que durante cinco siglos, acontece en la zona de la Península del Yucatán, del que son buena muestra de ello importantes ciudades como Chichén–Itzá y Mayapan. En este periodo se produce un gran cambio en la organización del gobierno de la ciudad: ya no depende de un rey sino de una organización colectiva. Son representativas de esta etapa las creaciones pétreas, paneles y estelas que se colocaban en las plazas públicas como propaganda política y las esculturas monumentales. Allí pudimos admirar una estela que muestra a un joven rey en pleno ritual de sacrificio, a un hombre con atributos de jaguar, emulando la postura al acecho de un felino, y el jugador de pelota. En cuanto a la pintura maya, no solo la aplicada en la arquitectura sino también la decoración de la cerámica, en las que se aprecia una gran variedad cromática: rojo, azul, amarillo, verde, blanca. Los minerales utilizados procedían de otros lugares de Mesoamérica.

Terminada la visita del Museo, sobre las 12 del mediodía, nos dirigimos a la población de Campello para ver el yacimiento ibérico y romano de la Illeta dels Banyets. Situado antiguamente sobre una isla (de ahí su nombre), hoy convertida en península. Su mayor ocupación humana se remonta a la Prehistoria. En la antigüedad, sobre el III milenio, la gente vivió en cabañas circulares, después, en la Edad de Bronce se advierte que estuvo habitada en dos fases diferentes, en ella se sitúa la construcción de dos grandes cisternas talladas en la roca y recubiertas de opus signinum, para el abastecimiento de agua a través de una canalización.

Durante unos 600 años quedó abandonada la isleta, hasta la llegada de pueblos iberos en torno al siglo V a.C. Estos pueblos emprendieron la remodelación del poblado, dando forma regular a los edificios y cercándolo. Los edificios más destacados son dos templos que muestran influencia oriental. Las actividades básicas para el sostenimiento de esta población fueron preferentemente de tipo agrícola y pesquero. El poblado ibérico se abandona en el siglo III a C.

Sobre los restos se asientan los romanos, dando al poblado una impronta propia: construyeron sobre él una villa agrícola con pequeñas termas en su interior. En la parte más baja tallados en la roca, quedan unos huecos que utilizarían para conservar pescados y salazones. Más tarde, ya en época islámica, tales huecos se denominaron “los baños de la reina mora”. Hay muestras de ocupación hasta el siglo XI de nuestra Era.

Cumplido nuestro viaje cultural por tierras alicantinas, nos fuimos a comer a un restaurante del paseo Marítimo de Campello; seguía el día estupendo, terminamos la comida y salimos hacia Madrid, donde llegamos hacia la hora prevista.