UN DÍA DE VISITA A LA VILLA TARDO-ROMANA DE ”LA DEHESA” EN CUEVAS DE ALMAZÁN (SORIA) Y AL MUSEO NUMANTINO
29 de Noviembre de 2014

Salimos del lugar de costumbre, media hora más tarde, para visitar la zona de Soria. Empezamos lloviendo y esto se prolongaría a lo largo de todo el día, nos detuvimos en las proximidades de Medinaceli para tomar fuerzas hasta la comida.

Teníamos una sorpresa antes de llegar a la villa de “La Dehesa” y fue parar en Morón de Almazán. Un lugar con un encanto especial, lo primero que divisamos entre la lluvia fue una torre renacentista, finamente labrada, que pertenecía a la torre de la iglesia de la Asunción, del siglo XVI. Entramos en una plaza del mismo estilo, de gran belleza, quizás de las más hermosas y desconocidas de Castilla. De estructura rectangular, al entrar en ella había un edificio de dos plantas siendo la inferior con arcadas y que perteneció al Concejo, quizás su construcción fue realizada en época de los Reyes Católicos, junto al mismo se erige otra edificación que perteneció a un palacio de los Hurtado de Mendoza, cuyos restos se hayan depositados en la iglesia antes citada. Este recinto hoy alberga el Museo del Traje de Soria.

El conjunto de estos tres elementos: iglesia, palacio y concejo se ha dicho que se corresponden con los tres estamentos del siglo XVI, iglesia, nobleza y pueblo.

El Museo tiene depositadas prendas cedidas por los sorianos y que durante años permanecieron guardadas en arcas.

El Museo consta de tres plantas, en la baja, nos dividieron en dos grupos para verlo mejor, uno de ellos empezó la visita con un guía y el otro nos quedamos en un pequeño espacio, (no cabíamos más), para ver un power point sobre la estructura y los contenidos del Museo que íbamos a visitar.

Su punto de partida es que el Museo tiene que reflejar la realidad histórica del vestido popular soriano dejando patente las diferencias entre los materiales y las riquezas de los trajes cotidianos y los de los utilizados en los acontecimientos festivos. Para los días laborables las prendas estarían elaboradas en telas más toscas y sin apenas colorido, serían de bastante abrigo y se habrían realizado en la zona; sin embargo para los trajes de gala o fiesta se utilizaban telas finas con bordados en sayas, chaquetas y faldas, poseyendo un variado colorido.

En la segunda planta, los trajes estaban colocados por funciones e iban acompañados de útiles representativos de las distintas actividades (siembra…trillo, vida cotidiana… cunas, cocina…calderos, etc).

En la tercera planta estaban los más específicos, predominaban las capas, iban desde las pardas hasta las blancas, según el tramado y el material.

Salimos de allí en dirección a la Villa Tardo-romana de la Dehesa de las Cuevas de Almazán (Soria). Empezamos el recorrido por la parte inferior de la casa donde había unos mosaicos de decoración geométrica integradas por tesselas pequeñas, de entre 5 y 10 mm. pertenecientes al siglo IV d. C.

La Villa fue descubierta por Blas Taracena y José Tudela en 1928, desde entonces se ha excavado y consolidado el material encontrado, sobre todo sus mosaicos. El yacimiento está situado junto al río Izana, posee una extensión de unos 4000 metros cuadrados, y la edificación que hoy vemos está sobre otra anterior.

La planta es de forma rectangular con un espacio central ajardinado, donde se alzaba el peristilo sobre una hilera de columnas de piedra y el atrio para luego llegar a las distintas estancias. Hasta el momento se han encontrado treinta habitaciones de distintos tamaños y formas, ocho de ellas con cabecera semicircular, de las que no se conoce su uso. Hay dos estancias que centraban los ejes. En la zona norte hay un espacio de más de doscientos metros cuadrados, con una entrada y un portón de doble hoja con dos puertas laterales.

En el lado suroriental se pueden identificar una serie de habitaciones termales con horno exterior para su calentamiento, también hay una bañera estrecha y larga decorada interiormente con teselas. La entrada principal estaría junto a las termas en el lado sur del edificio.

La mayoría de las habitaciones presentan suelos magníficamente decorados con mosaicos, casi todos con motivos geométricos, aunque en alguno de sus pavimentos presentan un monograma que podía ser del propietario de la casa, un tal “Irrico” y que no es de extrañar, ya que en la zona abunda este nombre gentilicio celtibérico, que se mantuvo después de la romanización.

Pasamos al Centro de Interpretación, donde disfrutamos de la maqueta, y los objetos encontrados, agrupados por temas. También el visitante puede disfrutar de los medios digitales y virtuales disponibles desde el año 2012.

Salimos de allí en dirección a Quintana Redonda donde nos esperaba una magnífica comida y un fuego de chimenea para calentarnos y secarnos de la lluvia.
A las 16,30 horas entrabamos en el Museo Numantino para visitar la sala Torralba, las salas celtibéricas, ibéricas, romanas, visigodas e islámicas, sin olvidar las piezas encontradas en Numancia, Uxama, Tiermes , etc.

Salimos de allí para regresar a Madrid …. y seguía lloviendo.