ALICANTE “EXPOSICIÓN DE LOS VIKINGOS” EN EL MUSEO PROVINCIAL Y YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS CERCANOS (LA ALCUDIA)
Día 16, 17 y 18 de Diciembre de 2016

Este es el último viaje que realizamos en el año 2016. Salimos por la tarde (17,30) con dirección hacia Alicante. Hicimos una parada en la zona de la Jineta (Albacete), como exige la normativa del conductor. Dada la posibilidad de encontrar cerrada la cocina del Hotel a nuestra llegada, aprovechamos para tomar algo allí mismo. Cuando llegamos a Elche, llovía; así seguiría haciendo a lo largo de todo el recorrido.

A la mañana siguiente partimos hacia la Colonia Iulia Ilici Augusta, donde nos esperaban Anna Ronda y Mercedes Tendero, dos colaboradoras del Doctor Lorenzo Abad, que llegó poco después para saludarnos, (ya que él es miembro de la Asociación) AEAA.

Según don Alejandro Ramos Folqués la Colonia Iulia Ilici Augusta era una ciudad romana, fue descubierta por el hallazgo de un mosaico del siglo II a C.

Esta ciudad se asienta sobre un opidum ibérico, enclavado en La Alcudia, en el que se encontraron grandes esculturas de los siglos V y IV a C. como guerreros, animales fantásticos, (parecidos a los de Porcuna y Cigarralejo), sobre todo La Dama de Elche y cerámicas tipo Elche. Además, se halló un templo de buenas proporciones, que estuvo en uso desde el siglo VI a C. hasta Augusto; la casa de los mosaicos de Sailacos, la parte de la muralla, y algunas las viviendas que estuvieran habitadas hasta la primera mitad del siglo I a C. Parece ser que la Colonia tuvo dos fundaciones, la primera hacia el año 42 antes de Cristo y la segunda hacia el año 26 a C. En una inscripción se lee que fue fundada por Tito Estatillo Tauro, procónsul de la Hispania Citerior. También se encontraron cabañas de planta circular, con paredes frágiles, restos de cerámicas neolíticas, y algunas piezas agrícolas, del VI milenio.

Nos dirigimos al “Centro de Interpretación” (construido en el año 2008, renovado en el 2014), que se encuentra a 2 Km. de la ciudad de Elche. Este Centro cuenta con dos Salas: una dedicada a la Exposición y otra a los Audiovisuales, además de una librería y otros servicios. En la Sala de Exposiciones, se encuentran elementos de la ciudad correspondientes a los periodos Ibérico, romano y visigodo. En el primero, periodo ibérico, contemplamos una reconstrucción de la Dama de Elche hallada en este lugar el día 4 de agosto de 1897 (el original se exhibe en el Museo Arqueológico Nacional). Se exhiben también unas 200 piezas, organizadas de forma temática y muy didáctica, lo que da una visión de gran riqueza en los materiales encontrados. Entre ellas cabe destacar: el Torso de un hombre que sujeta el manto con una fíbula anular, cuenta con bastante color rojizo, la Dama Sedente (reconstruida en su mayor parte) que recuerda a la Dama de Baza, y como aquélla, presenta un trono con aletas, un escabel para los pies, collar y manto, pero no tiene lugar con urna para guardar restos humanos; y mucha cerámica ibérica tipo “Elche” etc.

Nos dirigimos hacia el Museo Monográfico que contiene los materiales arqueológicos hallados en esta zona y está situado en el interior del Parque Arqueológico y contiene los materiales encontrados en el lugar (como el autobús no podía llegar hasta allí, hicimos el recorrido a pie; seguía lloviendo, cada vez con más intensidad). A la entrada al Museo, nos volvemos a encontrar a la Dama de Elche, pero decorada con los colores que debió tener en el momento de su fabricación. Según confirmaron los estudios por fluorescencia, la dama estuvo coloreada en rojo, azul y blanco. Los rodetes (estuches para el pelo trenzado), los collares, las bulas y la fíbula, estuvieron recubiertos de pan de oro. Se utilizó en su tiempo como urna funeraria ya que en la parte trasera hay una oquedad en la que se han encontrado restos óseos. Esta magnífica escultura podemos fecharla entre el siglo V ó la primera mitad del siglo IV a C. y como las restantes esculturas está realizada en piedra caliza de la Sierra de Ferriol, por lo que cabe pensar en la existencia de producciones locales. En la misma sala, hay una foto y un busto de Ramos Folqués y un tratado sobre el descubrimiento del lugar. Seguimos nuestro recorrido contemplando el “Torso de un Guerrero con pectoral” realizado en piedra caliza blanquecina, lleva una panoplia sobre la túnica con escote en pico, cuyo disco frontal o kardiophilax está decorado con una cabeza de lobo con fauces abiertas, en relieve, quizás con sentido apotropaico; este está sujeto por cuatro correas. Apareció en 1949 formando parte de otras esculturas o de un monumento (como los de Porcuna) está datado en la misma cronología que la Dama.

En estas salas se muestran bastantes cerámicas y vasos decorados del estilo de Elche, en pithos, copas y cantharus, entre todas llama la atención, una vasija que tiene entre un asa la figura de una muchacha con coletas conocida coloquialmente como ”la tonta el bote” y también otra con representaciones de lobos etc. En el atrio está un mosaico de Casa Irles, se trata de una casa romana, situada en el acceso de las termas, donde el cliente se cambiaba de ropa o tal vez un lugar multiusos. El mosaico es bicromo (blanco y negro) datado en el siglo III d C. tiene en el centro representaciones de figuras de animales marinos (delfines, caballitos marinos) y animales terrestres en las cenefas exteriores.

Muy interesante nos pareció “La Tabla de Ilici” consistente en una placa de bronce, fragmentada, en la que el trozo más grande, aparecen registrados los sorteos de lotes de tierra entre los colonos, con sus nombres, tribus y lugares de origen, procedían de diversos lugares del Imperio. Posiblemente debían ser veteranos de guerra. Se trata un documento público que se puede situar en época de Cesar o Augusto. Por último estaba la sala de Spania con los materiales evocadores de la época visigoda, pero no nos pudimos detener en ella.

Era la hora de la comida y nos esperaba una estupenda paella en la playa de los Arenales. Llovía y hacia mucho viento. Después de comer y contemplar el mar embravecido, nos dirigimos a la ciudad de Elche. Como no pudimos visitar el Museo ya que nos lo cerraban, nos dirigimos a la Basílica Menor de Santa María, para ver el lugar donde se representa el célebre “Misterio de Elche” y después, paseamos por sus calles.

A la mañana siguiente seguía lloviendo. Fuimos al MARQ (Museo Arqueológico de Alicante) para visitar la exposición sobre “Los Vikingos guerreros del norte, gigantes del mar” con piezas procedentes del Museo Nacional de Dinamarca. El montaje consta de unas 700 piezas, distribuidas en tres Salas.

La Edad de los vikingos, entre los siglos VII- IX fue un periodo en el que los escandinavos ejercieron una gran influencia en diversos lugares del mundo. Aunque en las zonas interiores de sus territorios se dedicaron a la agricultura, la ganadería y el comercio, fuera de sus fronteras asolaron Europa con sus conquistas, incendios y saqueos sembrando el terror en los pueblos cercanos y en lugares más lejanos, como en los de la Península Ibérica. Fundaron Rus en Kiev, Dublín o York en Inglaterra.

Una guía nos fue explicando las obras más importantes y representativas de esta exposición, que se desarrolla en tres salas. Comenzó con la descripción, sobre un mapa, de los movimientos y asentamientos vikingos.

En la primera Sala contemplamos una reproducción de un Barco vikingo; elemento imprescindible para su vida, como medio de transporte, de vida (por sus numerosas vías fluviales y extenso litoral) de ataque (por su afán de aventura y conquista). Había diversas formas de barco según su objetivo: los barcos grandes para la guerra, o los mercantes (knaar) y los más pequeños para la pesca; se exponen fragmentos de un barco. Utilizaban madera de roble en su construcción, que se realizaba preferentemente en Dinamarca, Noruega o Irlanda. Navegaban a remo a vela cuadrada, su velocidad dependía del número de marineros y de la fuerza del viento.

La segunda Sala está dedicada a la organización social y su expansión. Era una sociedad muy jerarquizada; a la cabeza estaba el Rey, el mejor guerrero se rodeaba de sus allegados, los nobles y los guerreros (hombres libres), preparados para ataque, podían llevar armas y participar en las Asambleas. Al principio realizaron pequeñas razzias que fueron evolucionando hasta convertirse en conquistas planificadas. Ser jefe de los soldados era un título tan importante que hasta podía ostentar el rey. En la sociedad había esclavos que no participaban de nada. Se ha encontrado comercio y artesanía especializada, con una red de distribución y administración bien organizada. Las excavaciones demuestran que importaban artículos de distintos sitios como: colmillos de morsa del Atlántico Norte, ámbar de Dinamarca, esteatita de Noruega, cerámica y sal de Inglaterra, de ahí que haya huellas de los vikingos desde la región británica –irlandesa hasta las islas Feroe, Groelandia, en Canadá por el lado Oeste, y, por el Este a través del mar Báltico hasta Rusia, Bizancio y el Califato; por el sur, hasta el Mediterráneo. Por las investigaciones, se sabe que mantenían una extensa red de comunicación y comercio por todo el mundo conocido, donde allí dejaron huellas, pero siempre volvían a sus tierras. Se han encontrado importantes fortalezas circulares en Dinamarca, en Aggersborg, Fyrkat y Trellenborg. Aunque son obras monumentales y defensivas de la época vikinga, se inspiran en modelos anteriores encontrados en la región de Flandes y Norte de Francia. Estas construcciones se sitúan dentro de la muralla formando un conjunto dividido en cuatro cuadrantes por medio de dos ejes. En cada cuadrante hay tres manzanas más pequeñas que contienen doce casas alargadas; cada casa se distribuye alrededor de un patio. Estaban pavimentados con madera y, en el exterior, una empalizada de protección. A partir del siglo X hay cambios en la fortificación de las ciudades y se construyen las primeras iglesias, también de madera. Las ciudades situadas en la costa se dedicaban, sobre todo a la artesanía y el comercio.

La Tercera Sala está dedicada a sus Dioses y creencias. La religión forma parte de su vida. De la época pagana nos han dejado las piedras rúnicas, en lugares de culto y en los enterramientos, con grabados de signos e imágenes; ya que creían en el más allá. Tenían varios dioses y diosas (mitología nórdica) en los que fueron incluyendo a Cristo. Odín era el dios de los guerreros, (que les recibía cuando habían muerto en combate), Freyr, era la diosa de la fertilidad, Thor, que aparece en numerosas inscripciones, era el más fuerte y popular, se le asociaba con la lluvia, el trueno, la vida. La serpiente rodeaba las tierras y simbolizaba el inframundo. Hacían sacrificios y ofrendas para celebrar la paz o una buena cosecha. Existe una referencia según la cual cada nueve años se reunían en el mes de Enero para sacrificar a los dioses 99 seres vivos entre ellos: personas, caballos, perros, y gallos; también celebraban así las fiesta de su calendario, con variaciones según la economía del lugar. Cuando llegó el cristianismo, su propagación fue lenta y, durante bastante tiempo (hasta el siglo X), Cristo fue incorporado a sus creencias como un dios más.

En la otra Sala se aborda la incursión de los vikingos en la Península Ibérica. A mediados del siglo IX, los vikingos, siguiendo las corrientes del Océano Atlántico bajaron por la costa francesa hasta llegar a nuestras costas del norte, cometiendo en nuestros poblados costeros ataques y actos de rapiña pero no penetraron en el interior. Estábamos en plena Reconquista, dividido el territorio de la Península Ibérica entre Reinos cristianos al Norte y los de dominio islámico al sur. No obstante, cruzaron el Estrecho de Gibraltar y cometieron numerosas incursiones y saqueos en la zona de Levante.

Después de este recorrido nos dirigimos a Campello para degustar una estupenda fideúa, y continuar nuestro viaje hacia Madrid entre fuertes vientos y abundante lluvia.