CORDOBA ROMANAS, EXCAVACIONES Y BATALLA DE BAILÉN
Día 24, 25 Y 26 de FEBREROde 2017

Salimos de Madrid el viernes día 24 a las 17,30 horas por la Autovía de Andalucía, e hicimos la parada reglamentaria, siguiendo hasta nuestro destino: Córdoba.

A la mañana siguiente, a las 8 horas ya nos reunimos con nuestro Presidente, que había llegado en el AVE de las 7 h. desde Sevilla, y que nos acompañaría durante la visita que realizaríamos para conocer los vestigios de la dominación romana. Comenzamos por el Museo Arqueológico. Nos esperaba a las 9 h. su Directora Dª María Dolores Baena Alcántara, quien amablemente nos expuso los antecedentes de este Museo. Pasamos a la Sala de Audiovisuales, allí nos explicó el planteamiento del mismo, las piezas que se exponían y la ampliación del antiguo edificio; en la parte izquierda del museo estaba situada parte de la biblioteca, actualmente dedicada al estudio y catalogación de los fondos y, debajo del Museo, se hallan los restos del Teatro romano.

El Museo fue inaugurado en 1965 en el Palacio Renacentista de los Páez Castillejos, pero en 1992 se propuso la necesidad de abordar su ampliación, para la que se pensó en comprar las casas de alrededor. En 1998, Pau Soler Serratose, ganó el concurso que se había convocado para llevar a cabo el proyecto, pero al comenzar las obras de ampliación de la zona del Teatro encontraron en los solares vecinos talleres artesanales y casas medievales. Finalmente, hasta el 2011, ya ampliado y reorganizado, fue reinaugurado como Museo Arqueológico y Etnográfico.

Iniciamos el recorrido por la segunda planta del Museo Arqueológico. Entre las piezas expuestas destacamos: los capiteles romanos, cerámicas, proa en forma de barco, Venus en cuclillas, togados, una figura de Druso el joven, ánforas de vino y aceite, estela de Ategua (que fue explicada con todo detalle por el profesor Bendala), la ménsula de un gran edificio, mosaico, y varias lucernas. Nos detuvimos también en algunas piezas del mundo islámico, capiteles, basas, tazas, un león ibérico, mujer embarazada ibérica, una escultura de Mitra, etc. En general son piezas elegidas, de gran calidad y belleza.

 

Pasamos después a la parte del Teatro que se encuentra dentro del Museo, del que queda dentro el graderío y parte de la fachada y el frons de la scaenae y muro circular del cierre de la cávea. Debía tener distintos órdenes en los distintos pisos, como otros teatros del Imperio. De este edificio se encontraron cuatro capiteles y frisos de guirnaldas. La orchestra y la cávea estuvieron en uso durante unos 300 años. Luego esto sirvió de cantera.

Finalizada la visita por el Museo nos dirigimos al Templo de C. Cecilio Metelo, fue descubierto en 1950 al realizar obras para la ampliación del Ayuntamiento (aunque no fue lo único). En esta zona se encontraron gran cantidad de mármoles por lo que fue llamada al lugar “los Marmolejos”. El Templo era hexástilo, de orden corintio de 32×16 metros, se erigió en el siglo I, en época de Claudio – Domiciano. Está situado sobre una terraza artificial, con plaza cerrada por tres lados: este, norte y sur, mientras que por el oeste se unía con el Circo. De él solo quedan tres columnas y tres capiteles, muy desgastados. Queda su cimentación, y la escalera que lleva hacia el altar; el resto fue reconstruido. Se piensa que los bellos elementos decorativos podían estar realizados por algún taller romano. En los años sesenta Don Samuel Santos y D. Antonio García Bellido, estudiaron e interpretaron los restos hallados.

El Foro debía tener forma alargada, quizás se realizó en época republicana y restaurado bajo el imperio. Cuando se realizó el Templo, estaba separado del Cardo Máximo. Los motivos decorativos son iguales a los de Roma. No se supo donde estuvo emplazado el Circo hasta que, a finales del siglo XX, los estudios arqueológicos lo encontraron más abajo del Foro, al descubrir los muros que sostenían el graderío. Estuvo en funcionamiento desde el siglo I dC. hasta finales del siglo III.

Salimos de la zona del Templo y nos dirigimos hacia donde se encuentra la maqueta de la ciudad romana, pudimos examinar con gran detalle algunas de sus características; con el trazado y sus dos ejes. El eje Norte-Sur que corresponde al Cardo Máximo y el Decumano Máximo, que no debía tener puertas afrontadas; las construcciones de la zona imperial, estarían sobre las de zona republicana. La ciudad ocuparía unas 78 hectáreas disponibles intramuros, accesibles por ocho puertas. El Foro debía tener un pórtico alrededor con aceras techadas y varías plazas, quizás utilizadas para diversos fines, unas aparecen enlosadas y otras con el suelo de tierra batida.

Seguimos hasta Las Tendillas y nos detuvimos en un Centro Comercial, en cuyo sótano se encuentran parte de unas Termas, que se hallaría en el curso de una importante red viaria. A la vista aparecen dos espacios recubiertos de “opus caementecum” con un revestimiento de “opus signinum” que lo situaría en el siglo I después de Cristo.

Nos encaminamos después hacia los enterramientos circulares de Puerta Gallegos, situados a ambos lados de la Vía que unía Corduba con Hispalis (Sevilla), en la margen derecha del río Guadalquivir. Esta vía pavimentada en época de Claudio y que prolongaba el Decumanus Máximo. Los enterramientos se construyeron sobre otros anteriores, de la época de Augusto. Son dos monumentos cilíndricos, de unos 12 metros de diámetro cada uno, construidos en “opus quadratum”, piedra de mina y marmorización en la decoración. Solo uno de ellos, el que está más al norte, se respeta la construcción anterior. Este tipo de enterramientos eran utilizados por familias pertenecientes a la “ordo equester”.

Más adelante entramos en otro edificio, bajamos hasta el garaje, y en él se conservan los restos de parte del desagüe de la ciudad romana, perfectamente trazado.

Seguimos para ver la estructura del Anfiteatro que se encuentra debajo del edificio ocupado por la Facultad de Veterinaria. No fue posible porque estaba cerrada; no obstante, pudimos apreciar los grandes cimientos sillería pertenecientes a primera mitad del siglo I d.C. y que probablemente, en uso hasta el siglo III d. C. debió de tener unos 178 metros de eje.

Seguimos hasta la Asociación de Plateros, para comer. Después nos dirigimos hacia el río para admirar el Puente Romano, que en la actualidad permite el tránsito peatonal. En la zona sur, abierta al río, está la plaza del Puente con el Triunfo de San Rafael, desde el que se ve la noria árabe de La Albolafia.

Entramos en la parte baja de los Alcázares de los Reyes Cristianos. Allí encontramos gran cantidad de restos pétreos pertenecientes a distintas épocas: romanos, visigodos, omeyas, almohades, etc. Se ha descubierto también la existencia de un espacio porticado, construido sobre el siglo I d C. con edificios dedicados a función portuaria y fiscal, y unas escaleras para la comunicación entre la plaza y el río. Este conjunto formaba parte del puerto fluvial; aunque se ven trozos de diques estuarios, que darían salida a las cargas de diversas mercancías camino de Roma. Desde la época republicana el puerto pudo estar regido por un dispensador portus, cuyo trabajo consistiría en organizar el embarcadero y lugares de anclaje. Sus huellas están siendo estudiadas.

Terminado el recorrido previsto por los restos de la Córdoba romana, despedimos a nuestro presidente que regresaba a Sevilla, y ya, individualmente dispusimos de tiempo libre para pasear y cenar.

A la mañana siguiente iniciamos el regreso a Madrid. Hicimos una parada en el Museo de la Batalla de Bailén (Jaén), conmemorativo de lo ocurrido en los alrededores del 19 de julio de 1808, cuando Napoleón fue derrotado por el ejército del general Castaños y Reding, en una acción de campo abierto, impulsados por el sentido patriótico frente el francés. El Museo es un edificio moderno, de cristal y hierro, levantado sobre una casa de postas del siglo XIX, que hizo de hospital de sangre durante la Batalla. En la actualidad está dedicado a la documentación, investigación y desarrollo e ilustración de todo lo referente a este acontecimiento histórico.

El edificio tiene tres plantas: la 1ª está dedicada a describir la situación política de España en el siglo XIX, la abdicación de Carlos IV, y la postura de Dupont; la 2ª planta trata sobre las consecuencias de la Batalla de Bailén (las figuras más importantes, sus trajes y los objetos utilizados); en la 3ª planta se exhiben objetos diversos (desde el Paleolítico hasta el momento actual).

Finalmente en el Sótano (la guinda del lugar), una maqueta que representa cómo fue la batalla en distintos momentos del día y se proyecta un audiovisual sobre lo mismo. En este espacio hay, una sala de conferencias, exposiciones temporales etc.

Concluido el viaje proyectado tras visitar una almazara y luego comer, iniciamos la vuelta a Madrid.