VIAJE A CIUDAD REAL: EL OPPIDUM DE ALARCOS, EL MUSEO DEL QUIJOTE, BIBLIOTECA CERVANTINA Y MUSEO ARQUEOLÓGIVO PROVINCIAL
Día 7 de Mayo de 2016

Salimos de Madrid a las 8,30h del sitio de costumbre (c/ Julio Camba). El cielo amenazaba lluvia. Al llegar a Puerto Lápice hicimos una parada para desayunar en la Venta del Quijote. Comenzaba a chispear.

A la hora prevista llegamos al yacimiento del parque arqueológico de Alarcos. Después de una visita al Centro de Interpretación, dónde pudimos ver algunas piezas (originales unas, reproducciones la mayoría, y alguna maqueta), tras la presentación del guía que nos habría de acompañar, iniciamos el recorrido por el Oppidum de Alarcos, cuidadosamente preparado para facilitar el trayecto. Había dejado de llover.

Según las excavaciones que se vienen realizando desde 1984, el cerro de Alarcos ha estado ocupado desde la Edad del Bronce hasta la Edad Media, (s. IV a.C. a s. XII d.C.) con un largo periodo de abandono durante las épocas romana y visigoda.

La ciudad ibérica de Alarcos se expande y asienta sobre la necrópolis de la Edad del Bronce, y ocuparía todo el cerro. Sólo se ha excavado una parte de ella. A finales del s.VI a.C. esta ciudad era ya un Oppidum de la cultura oretana muy importante. En nuestro recorrido pudimos contemplar varias casas con una, dos o tres habitaciones, de planta rectangular, construidas sobre un zócalo de piedra y alzado de adobe que, en su momento, estuvieron cubiertas con techumbre de entramado de ramas y tierra. Llama la atención los restos de lo que fuera un buen entramado urbano, con calles pavimentadas mediante lajas de caliza (muchas han desaparecido en sucesivos expolios). En la zona oeste se aprecian una serie de estructuras monumentales; por los materiales encontrados (ofrendas: exvotos de bronce, cerámica de origen griego, etc.) han sido interpretados como lugares sagrados, de culto a alguna divinidad (¿ibérica?¿fenicia?). En el lado sur se ha localizado una necrópolis con esculturas zoomorfas. Se han hallado abundantes objetos de cerámica de torno y de metalurgia del hierro, algunos dentro de las casas, pero la mayoría formaban parte de ajuares funerarios. Pudimos contemplar las réplicas en el Centro de interpretación, y, posteriormente, los originales en el Museo Arqueológico de Ciudad Real.

En la parte más alta del cerro, cortando la Ciudad Ibérica, fue construida la Ciudad Medieval, con un Castillo y una gran Muralla. Corresponde a la etapa del Alfonso VII de Castilla (s.XII). El Castillo tiene planta rectangular y nueve torres: siete cuadradas y dos pentagonales, situadas para defender los lugares de más fácil acceso. La puerta principal, hoy tapiada, estaba defendida por dos torreones, una liza y un foso. De la Muralla, de unos 3 metros de espesor, quedan vestigios de los sillares que forraban las esquinas (la mayoría sirvieron para construir la ermita y algunos edificios públicos de Ciudad Real), y la evidencia de que su construcción estuvo interrumpida por el desarrollo de la batalla de Alarcos.

Sobre la llanura que se extiende a los pies del cerro, con la expresiva descripción del guía, pudimos imaginar cómo se desarrolló la batalla de Alarcos el 19 de julio de 1195. Las tropas cristianas que habitaban en el Castillo con su rey Alfonso VIII fueron sorprendidas y sitiadas por el ejército almohade comandado por Yusuf I. Los cristianos, saliendo del Castillo (la muralla aún no estaba terminada de construir) con sus pesada armaduras, avanzando en bloque, se encontraron rodeados por las ágiles tropas musulmanas que les infringieron una terrible derrota; pudieron salvar al Rey, haciéndole huir hacia Toledo. Muchas víctimas de aquel cruel enfrentamiento (cuerpos, caballerías, armas y otros materiales de desecho) fueron arrojados a los pies de la muralla. Las excavaciones arqueológicas han permitido recuperar una parte importante de estos materiales. La ocupación almohade se restringió a la zona del Castillo y duró sólo 17 años; en la construcción del barrio islámico se utilizaron materiales originales de la anterior ciudad cristiana. En 1212, tras la batalla de las Navas de Tolosa, Alfonso X recupera la plaza de Alarcos e intenta repoblar la ciudad sin conseguirlo; dirige el intento hacia la Villa Real, que, más tarde, con Juan II de castilla se convertiría en Ciudad Real. De esta época queda una hermosa ermita gótica con un más hermoso rosetón de tracería y techumbre de madera; nos pareció de una gran belleza y sencillez. El guía ofreció una oración en latín dirigida a la Virgen de Alarcos.

Terminada la visita, fuimos a comer al restaurante “el Torreón” en Ciudad Real. Comida en la que pudimos degustar guisos y ricos productos de la tierra.

Por la tarde nuestro viaje incluía dos Museos: el del Quijote y el Arqueológico.

En el Museo del Quijote nos proyectaron un vídeo, muy bien montado, sobre sus reflexiones y algunas de sus aventuras. Vimos también una imprenta del tiempo y la estructura interior de un molino de viento. Además de pinturas y varios grabados, merece especial mención una exposición del artista toledano-manchego (como él se define) Alberto Romero, que comprende dos esculturas en bronce y casi una veintena de cuadros con la figura de Miguel de Cervantes, los personajes más importantes de su obra (Dulcineas y Sanchos, entre otros) y de la nobleza del Siglo de Oro español (Carlos I, Isabel de Portugal, la Beltraneja, Isabel de Castilla, etc.) Es muy original el estilo de este artista, que el mismo define como “Informalismo Expresionista”. Sus cuadros son obras realizadas sobre soportes de madera, con una técnica mixta/collage, empleando en ellas gran variedad de materiales y texturas diferentes. Disfrutamos del lujo de escuchar las explicaciones de su propia voz.

El Museo de Arqueología alberga piezas muy interesantes. En la sala de Paleontología pudimos contemplar restos fósiles procedentes de varios yacimientos provinciales, abarcando desde el Cámbrico hasta el Cuaternario (un mastodonte, un rinoceronte, entre otras piezas menores). En la sala dedicada a la Arqueología, se recogen objetos de gran interés, procedentes de los yacimientos que se han excavado o se están excavando en esta provincia. La exposición es muy amplia, abarca desde el Paleolítico Inferior hasta la creación de la ciudad en la Edad Media y tiene un marcado carácter didáctico (maquetas, escenografías, audiovisuales, etc.). Destacan el material lítico del paleolítico, las cerámicas de la Edad del Bronce, esculturas ibéricas, mosaicos romanos, un sepulcro medieval, etc. Allí pudimos contemplar los materiales procedentes del yacimiento de Alarcos (esculturas, cerámicas, exvotos, urnas cinerarias, armas, joyas, monedas, et.)

Terminaba el día y con él nuestro interesante viaje. Tuvimos mucha suerte: no llovió. Iniciamos el regreso a Madrid. Llegamos a la 21,35h.

REGINA TURDULORUM Y BADAJOZ

21 y 22 de Marzo de 20